Seis policías fueron condenados a penas de hasta 12 años de prisión por torturar a dos jóvenes en una comisaría de General Güemes, en la provincia de Salta. El Estado provincial deberá indemnizar a una de las víctimas con 110.000 pesos. Mientras se leía la sentencia en la Sala III del Tribunal de Juicio, desde el estrado empezaron los gritos e insultos de los familiares de los agentes condenados. “La provincia defiende a los criminales”, dijo una mujer.
En julio de 2012, circuló un video que mostraba a dos detenidos en la comisaría 11 de General Güemes semidesnudos, con la piel pegada a los huesos, las manos atadas en la espalda y empapados. Tiritaban de frío delante de cinco policías que observaban la escena. Un agente tomó una bolsa de nylon, la abrió y se la puso en la cabeza a uno de los presos. Mientras la bolsa se inflaba y desinflaba con desesperación, el agente preguntaba quiénes componían una banda de ladrones. Lo hacía con calma, como si repitiera una rutina.
– Te juro que no sé… Te juro que no sé – se escuchaba en el video.
Entonces el policía puso una mano sobre la bolsa y empezó a cerrarla a la altura del cuello. El detenido se desplomó, con espasmos en el piso de cemento. Después le sacó la bolsa y volvió a hacer la pregunta. Mientras tanto, otros agentes se encargaban del segundo detenido: llenaron un balde con agua y se lo arrojaron. De rodillas en el piso, el joven tampoco tenía mucho para decir.
El video duraba 2 minutos y 43 segundos. No fue la primera vez que los policías de Salta torturaron a jóvenes: sólo ese año un adolescente fue encerrado y golpeado en el baño de un supermercado de Tartagal y un chico acusó a dos oficiales de intentar violarlo.
Al poco tiempo, trascendió que el hijo del intendente de Campo Santo, Marcos Cuenca, ya había denunciado por apremios ilegales a Marcos Gordillo, uno de los condenados de Güemes. Pero la denuncia había sido archivada. Gordillo había perteneció a la División de Drogas Peligrosas de la policía local.
“Durante el desarrollo del juicio se determinó que era una práctica común, las torturas se habían repetido varias veces en la comisaría de Güemes”, contó a Cosecha Roja Nicolás Fernández, periodista de La Gaceta de Salta que cubrió el juicio.
Después de cuatro años de la difusión del video, la Sala III, presidida por Carolina Sanguedolce encontró culpables por “apremios ilegales” a los seis policías identificados, cinco de ellos con prisión efectiva: Marcos Gordillo recibió 12 años de prisión, Héctor Ramírez, Matías Cruz y Leonardo Serrano 11 años y Alberto Ontiveros 10 años. En cambio, el agente Roberto Barrionuevo fue declarado culpable por “omisión de denuncia” y recibió tres años de prisión condicional. Los seis agentes fueron inhabilitados a ejercer cualquier cargo público.
“En Salta hay un clima de opinión pública adverso a la sentencia: se notaba en la puerta del juzgado y cuando los familiares de los agentes y otras personas gritaban que el Estado defendía a los criminales”, contó Fernández. Uno de los abogados defensores dijo que el juicio fue armado para las cámaras.
Foto: Internet Salta
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