Ángela Beatriz Saravia pasó los últimos años de su libertad con miedo permanente: su pareja la golpeaba, la violaba y solía usar una garrafa y un martillo para darle golpes más fuertes. Hacía un tiempo que estaba separada de Luis Leonardo López y lo había denunciado por violencia de género. A él no le importaba. El 17 de diciembre de 2018 apareció en su casa, violando la restricción perimetral que le impuso la justicia de Salta. Ese día volvió a atacarla, pero a diferencia de otras veces ella se defendió. Hubo un forcejeo y una corrida a la cocina, donde ella le clavó un cuchillo en el abdomen. López quedó internado y murió en el hospital el 24 de febrero de 2019. En el juicio que empezó ayer Beatriz pasó de víctima a victimaria y la acusan de homicidio agravado por el vínculo. Enfrenta una pena máxima de prisión perpetua.
De entrada el proceso judicial contra Ángela Beatriz Saravia, llamada por sus conocidxs “Bety”, no tuvo perspectiva de género. En la instrucción acusatoria no importó que hubieran denuncias previas, antecedentes contra López y una falta total de medidas de prevención (no tenía siquiera botón antipánico). No le dieron tampoco el beneficio de la duda ni de la legítima defensa. Esta madre de tres hijos que tiene 35 años, fue encarcelada y tuvo que esperar la llegada del juicio en prisión.
“El relato que Bety se animó a hacer hoy frente al tribunal fue una sucesión de violencias y una prueba de total sometimiento”, dice a Cosecha Roja Cecilia Jezieniecki, integrante del Colectivo de Abogades Populares de Salta que la está representando formalmente con Martín Plaza y Josué Díaz Cueto.
En la audiencia de ayer no pudo ingresar público a la Sala VII de la Ciudad Judicial de Salta, ya que el tribunal compuesto por María Livia Carabajal (presidenta), Paola Marocco y Francisco Mascarello (vocales), puso restricciones por el Covid-19. Hoy cambiaron de opinión para cumplir con la premisa del “juicio oral y público” y se permitió el ingreso de oyentes con un protocolo de seguridad. Con público de testigo, Beatriz habló por primera vez: “Fue gracias a un proceso de acompañamiento psicológico que pudo tomar el valor para reconstruir tanto dolor vivido. Cualquier episodio cotidiano podía desatar una violencia tremenda. Se la vio con mucha fortaleza para contar el horror”, dice Jezieniecki, que estuvo en la audiencia.
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Tras la muerte de López algunos medios salteños se sumaron a la falta de perspectiva de género de la justicia y apodaron a Beatriz “la bravía mujer”, publicando notas que abonaron al relato de “una relación tóxica” donde ambxs se emborrachaban y se les daba por los golpes. Tras casi un año detenida en el Penal, le concedieron la prisión domiciliaria, ya que vive con una enfermedad crónica.
La Multisectorial de Mujeres de Salta hoy fue aceptada como Amicus Curiae en el juicio. “Nuestra intención de sumarnos es darle al tribunal las herramientas de género no estuvieron hasta el momento, revictimizando a Bety y sin darle posibilidades de una equidad en el proceso”, dice Tania Kiriaco, integrante de la colectiva feminista.
En la presentación de la Multisectorial como “Amigas del Tribunal” incluyeron teoría, normativa y jurisprudencia acerca de la genealogía patriarcal que desemboca muchas veces en violencias físicas, patrimoniales y psicológicas.
“Consideramos que al momento de la sentencia se debe valorar la condición de género, el historial de violencia y las condiciones de vida que posicionan en profunda desventaja a la hora de enfrentar un proceso penal a las mujeres”, dice el escrito argumentativo de la Multisectorial, que deberá ser leído por el tribunal y el fiscal Ramiro Ramos Osorio. “Asimismo se debe tener en cuenta los estándares de derechos humanos y de la perspectiva de género el acceso a la justicia sin discriminación, derechos protegidos por el derecho internacional de los derechos humanos”.
Se espera que las rondas de testigos sigan hasta el martes tres de noviembre. Luego llegará la instancia de alegatos y habrá sentencia. “Pedimos la absolución porque es lo único que corresponde, Bety se defendió”, dice Kiriaco.