Cosecha Roja.-
La última vez que vieron a Facundo Rivera Alegre -El Rubio del pasaje- fue el 19 de febrero de 2012: fue a un baile del Estadio Centro cordobés y no volvió más. Esta semana empezó el juicio: el abogado de la familia, Claudio Orosz, dijo que hay contradicciones en los testimonios de los testigos y el referente de la Campaña contra la Violencia Institucional, Lucas Bruno, denunció que parece que “estuvieran investigando a Facundo en lugar de a los responsables de su desaparición”.
“El fiscal reitera preguntas que son innecesarias como qué ropa utilizaba Facundo, por qué se teñía el pelo, qué zapatillas usaba, lo cual no redunda en esclarecer los hechos”, dijo Bruno al portal Cba24. Para Orosz los testigos que declararon hasta ahora mostraron “evidentes contradicciones” con los dichos durante la etapa de instrucción. “Si realmente creíamos que íbamos a saber qué pasó con Facundo Rivera Alegre en el juicio oral y público, me parece que lamentablemente nos vamos a frustrar”, dijo el abogado.
Los jueces de la Cámara 11 del Crimen de Córdoba juzgan a Pablo ‘El Negro’ Rearte (tiene 31 años y está imputado como coautor del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego) y al adolescente K. (era menor cuando fue el crimen y sería el autor material del disparo). Son hijos de María “La Colela” Rearte, acusada de manejar una banda narco. El otro imputado es Aldo ‘Pelado’ Monje, un empleado municipal de 36 años acusado de encubrimiento: sería el responsable de cremar ilegalmente el cadáver de El Rubio. “Niego todo lo que se me acusa”, dijo durante la primera audiencia. Los hermanos se negaron a declarar.
En la audiencia de hoy declaró una testigo de identidad reservada y a puertas cerradas. Contó -igual que había hecho en la etapa de instrucción- que presenció la escena en la que K. le disparó a Facundo. La joven volvía de un cumpleaños y vio una discusión entre El Rubio y los hermanos: uno de ellos quiso pegarle a Facundo con una pistola 9 milímetros. “No creo que haya intentado matarlo”, dijo. También declaró Luciano Calderón, uno de los músicos de la banda de cuarteto Damián Córdoba. Dijo que conocía a Rivera y negó haberlo mandado a comprar cocaína a la casa de los Rearte.
Durante la primera jornada declaró Viviana Alegre, la mamá de Facundo: “Por acción u omisión la Policía está involucrada en la desaparición de mi hijo”. A ella le dijeron que lo habían cremado en el horno del cementerio San Vicente pero nunca se comprobó y, desde entonces, sostiene que El Rubio está desaparecido. Los imputados se negaron a hablar ante el tribunal.
En el inicio del juicio estuvieron presentes Leonardo Grosso -diputado nacional y referente de la Campaña Nacional Contra la Violencia Institucional-, Pablo Ferreyra -legislador porteño-, Horacio Pietragalla -diputado nacional-, Miriam Medina -mamá de Sebastián Bordón, víctima de la policía- y Rosa Bru, la mamá de Miguel -un pibe desaparecido hace 23 años en La Plata. Viviana tenía una foto de Facundo y un chupete rosa, en honor a la hija de El Rubio, que ahora tiene cuatro años.
También testimoniaron dos amigos de Facundo. Contaron que fueron al recital con él, que hicieron una “vaquita para comprar vino” y que uno de ellos caminó con él por avenida Colón, hasta que se separaron en la parada del colectivo. No se presentó a declarar una mujer policía que actuó durante la investigación del caso. La testigo clave será una mujer que vio el momento en que lo asesinaron.
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El 19 de febrero de 2012 Facundo tenía 20 años y fue a un baile del Estadio Centro cordobés. Desapareció ese domingo en la madrugada después de estar con la banda cuartetera de Damián Córdoba. La hipótesis del fiscal Alejandro Moyano apunta a que los pibes del grupo le pidieron a Facundo que les fuera a comprar cocaína a lo de “Los Colela”, en la casa de María del Carmen “La Colela” Rearte.
Facundo llegó al barrio Maldonado, se encontró con Pablo y el hermano, compró 50 gramos y pagó una deuda. Pero los cien dólares que entregó eran falsos y le pegaron un tiro en la cabeza. Entonces Facundo se convirtió en un cuerpo dentro de una frazada. Lo llevaron al cementerio San Vicente y, según el fiscal, lo cremaron en un horno con ayuda de Monje, empleado municipal del lugar. Sin embargo, nunca encontraron pruebas.
Para Viviana, Facundo es un desaparecido. Durante estos tres años, laamenazaron personal y telefónicamente. Una de las últimas fue el sábado 5 de junio: el perro ladró tan fuerte que Viviana saltó de la cama con la nena de tres años a upa y se encontró con la policía y una orden de allanamiento.
Los amigos lo llamaban el Rubio del Pasaje. Era de Boca, le gustaba bailar, siempre estaba de buen humor y entraba a los lugares cantando. Tuvo una banda de rock, una de tango y una de cuarteto. “Decía que tenía mil despelotes pero que todo va por dentro, que por fuera prefería sonreir”, contó a Cosecha Roja Viviana.
Foto: Sin Facundo no hay justicia
[Nota publicada el 13 de agosto de 2015]
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