La larga espera de Thelma

La anulación del juicio contra Juan Darthes es una maniobra más de la defensa del actor para evitar una sentencia condenatoria. Por primera vez tres países -Argentina, Nicaragua y Brasil- trabajaron en conjunto y dijeron que hay pruebas suficientes para llevarlo a juicio. Pericias, declaraciones, ataques, dilaciones ¿cuánto más tiene que esperar una mujer para obtener justicia y seguir adelante?

La larga espera de Thelma

Por Natalia Arenas
09/02/2022

La denuncia 

En 2018 Thelma Fardin denunció que el actor Juan Darthés la violó en una gira de Patito Feo en Nicaragua. Fue en 2009: Thelma tenía 16 años y Darthés 45. Él era el único actor adulto en la gira. Ella lo pudo contar recién a los 25.

La fuga

Como la denuncia se hizo en Nicaragua y en Argentina no tenía ninguna restricción, a fines de 2018 Darthés se escapó a su país natal, Brasil. No lo hizo al azar: Brasil es un país que no admite la extradición de sus ciudadanos. Es decir, si Nicaragua pedía ese recurso judicial para que el actor sea procesado, no sucedería.  

En octubre de 2019, Nicaragua ordenó la detención de Darthés. En noviembre, Interpol ordenó su captura internacional.

Un juicio inédito

Beneficiado por la Constitución brasileña, Darthés siguió viviendo en Brasil. Pero no pudo evitar el proceso. En noviembre de 2021 comenzó en ese país el juicio contra él por estupro agravado. 

Se trata de un proceso inédito. Por primera vez trabajaron juntos los Ministerios Públicos Fiscales de tres países: Nicaragua, Argentina y Brasil. Es decir: las justicias de tres países consideraron que había pruebas suficientes para llevar adelante el proceso contra el actor.

Thelma declaró en la primera audiencia, vía zoom, desde la la oficina de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM). Habló durante cuatro horas. Pudo contar lo que vivió frente a su abusador, que la miraba desde el otro lado de la pantalla, en Brasil.

La anulación 

Dos días después de iniciado, el juicio se postergó por 56 días. Las audiencias se retomaron el 27 de enero. Se esperaba que la sentencia se dictara en marzo. 

Pero tres años después de la denuncia, dos meses después del inicio del juicio y cuando sólo faltaban dos audiencias -que incluían la declaración final de Darthés y los alegatos-, un Tribunal Regional Federal de San Pablo declaró incompetente al juez a cargo de la causa, Alí Mazloum, y anuló el proceso.

La anulación del juicio la había pedido la defensa de Darthés, a cargo de Luiz Antonio Nazareth en Brasil y Fernando Burlando en la Argentina. ¿El motivo?  Dijeron que “no era competente el fuero federal para juzgarlo”. 

El Tribunal Regional está compuesto por tres jueces. La decisión de anular el juicio no fue unánime, sino que se ganó por mayoría de 2 a 1.

¿Cómo sigue el proceso judicial? 

Si el fallo del Tribunal Regional quedara firme, el caso pasaría a la Justicia ordinaria de Brasil. Esa sería la peor noticia, porque habría que empezar todo de cero: incluso las pericias, las declaraciones de las testigos y la revisión de las pruebas. 

Otra alternativa es que la fiscalía recurra a la Corte Suprema de Brasil. En ese caso, si la Corte decide revocar el fallo, el proceso continuaría desde donde se suspendió. 

¿Y qué va a pasar con Darthés?

Si en Brasil no se dicta una sentencia que absuelva o condene al actor, tanto la causa de Nicaragua, como la orden de captura de ese país y de Interpol seguirán vigentes. Es decir: él seguirá sin poder salir de Brasil, porque si lo hiciera, lo detendrían para extraditarlo a Nicaragua. 

Maniobras para evitar una sentencia

La defensa de Darthés viene pensando cada paso no sólo para dilatar el proceso, sino para evitar que el actor sea condenado. Desde la fuga a Brasil para no poder ser extraditado, hasta el pedido de nulidad, sus abogados presentaron varios recursos para intentar detener el juicio. ¿Será que las pruebas contra él son contundentes? 

Uno de los recursos fue impedir que declararan casi todxs lxs testigxs presentadxs por la denunciante. Es el caso de la actriz Dignity, de quien dijeron que su testimonio era inválido por su militancia feminista y por ser amiga de Thelma.

También intentaron impedir que declarara el psiquiatra Enrique Stola, perito especializado en causas de abuso sexual. Stola fue recusado por la defensa del actor que aludió a “intereses personales por experiencia en este tipo de casos”.

El juez no aceptó ninguno de estos recursos, pero sí aceptó el que dispone que ni Thelma ni su abogado -en Argentina es el doctor Martín Arias Duval- estén presentes en las audiencias. Algo que justamente el psiquiatra Stola denunció luego de su declaración. 

“A mi alrededor había funcionariado local y en un momento reconocí al abogado Fernando Burlando. Busqué a les abogades de Thelma Fardín pero no había, ni en Brasil ni en la sala. Luego supe que no los tenía, que no era querellante, que no se le había permitido por algún tecnicismo estar en la sala allí en Brasil o en la UFEM de Buenos Aires. Que tampoco podía decir nada sobre el juicio ni saber lo que está sucediendo en él. Si esto no es asimetría de poder no se qué otro nombre tiene. Espero que el Sr. Juez tenga la intención de nivelar esa desigualdad de poder”, escribió Stola en su página web.

El psiquiatra, especializado en violencia de género, destacó que “el acusado es un hombre mayor con fuertes recursos económicos, con una costosa defensa allí en Brasil y otra, también costosa, aquí en Buenos Aires con Fernando Burlando, personaje mimado del establishment machista y farandulero”, mientras que Thelma “está obligada a una actitud pasiva, por no tener poder ni dinero, por no tener ninguna protección. Burlando puede estar, ella NO”. 

Todas estas maniobras cumplieron, en parte, la estrategia dilatoria. Y si el pedido de nulidad quedara firme, sería una revictimización no sólo de Thelma sino de testigxs que también sufrieron abusos.  

La larga espera de Thelma

En estos tres años que pasaron entre la denuncia y el comienzo del juicio, Thelma se sometió a pericias físicas y psicológicas en Nicaragua, donde además tuvo que detallar, una y otra vez, el abuso. 

La trascendencia que tuvo la conferencia de prensa que ella encabezó junto a Actrices Argentinas aquel 11 de diciembre de 2018, no sólo sirvió para denunciar a Darthés y exponer las situaciones de abuso y acoso constante en la industria televisiva, sino que alentó a cientas de mujeres a denunciar. La noche en que Thelma hizo pública su denuncia las llamadas al 144, la línea de asistencia a víctimas de violencia de género, aumentó en un 1200 por ciento.

La valentía de Thelma también la enfrentó a una maquinaria horrorosa de acoso y maltrato en las redes sociales y en los medios de comunicación. Lo mismo que sufrió Dignity cuando, un año antes que Thelma, contó que había sido acosada por Darthés. A ella no le creyeron. Si bien no había querido judicializar la denuncia, fue el acusado quien lo hizo: la denunció por “daños y perjuicios”. Entonces ella tuvo que hablar. Publicó una carta donde contó que estuvo 5 años callada para no tener que bancarse “los agravios que reciben quienes ponen en evidencia la conducta inapropiada de un galán, padre de familia, felizmente casado”.

Denunciar a la víctima: la misma estrategia usó Darthés contra su tercera denunciante, la actriz Anita Co, quien lo denunció públicamente por acoso en febrero de 2018, unos meses antes que Thelma. El actor la denunció a ella por injurias. Una causa por la que Anita Co fue sobreseída recién dos años después. Como Dignity, ella también declaró en el juicio contra Darthés. 

Thelma tiene una red -de amigues, organizaciones y todo el movimiento feminista argentino- que la sostiene y la acompaña. De otra manera sería aún más difícil y doloroso el proceso. ¿Qué pasa con las mujeres que no la tienen? ¿Las mandamos a denunciar sin tener en cuenta todo este proceso de revictimización y violencia que se les viene encima? ¿Qué herramientas ofrece el Estado para acompañar y sostener a las víctimas de violencias? ¿Qué pasa después de la denuncia? ¿Y después de una sentencia? ¿Hay un seguimiento de esas vidas?

Thelma esperó nueve años para denunciar, tres más para llevar a juicio a su agresor y ahora ¿cuánto más?. “Estoy cansada pero no estoy vencida”, dijo ayer en el video donde contó la noticia de la anulación del juicio. Nos quedamos con ese mensaje valiente, pero también con esta reflexión tan cierta como dolorosa: “Si en un caso como el mío pasa esto ¿qué queda para el resto de las mujeres que deciden ir a la Justicia?”. 

Natalia Arenas