Los doce jurados debatieron hoy en la tercera audiencia del juicio contra Fernando Farré por el femicidio de su esposa Claudia Schaefer, a quien mató de más 70 puñaladas durante el invierno de 2015, en la casa que alquilaban en el country Martindale.
Desde el momento en que se conoció la noticia, por haberse cometido en un country de Pilar y por la crueldad del femicidio, el caso fue centro de atención de los medios de comunicación y de la opinión pública. A casi dos años de ese momento, por su relevancia se convirtió también en un caso paradigmático en los más de 100 juicios por jurados que se vienen llevando adelante.
“El juez debe velar por la indemnidad del jurado y por la no contaminación y para eso debe permanecer en una sala de deliberación, donde no pueda ser molestado ni perseguido por nadie”, dijo a Cosecha Roja el juez bonaerense Matías Deane, miembro de la Asociación de Juicios por Jurados. “Hay un funcionario a modo de nexo para sus requerimientos. Si hay un parate en el juicio, se lo desaloja. Se les pide que cuando están solos, en los recesos, no hablen entre ellos del caso. Sí por supuesto en la sala de deliberación. Se les pide que tampoco hablen con su familia o sus amigos. Que no vean los medios de comunicación. Tienen que estar aislados de todo tipo de influencias: esa es la piedra basal del juicio por jurados”.
Hoy escucharon las declaraciones del abogado José Cárdenas, quien en mayo de 2015, había sido contratado por Claudia Schaefer para concretar su divorciarse. Según explicó, ella lo volvió a ver en julio, días después de una discusión feroz que mantuvo con Farré y que terminó con ella golpeada, tirada en el piso y con la rodilla de él en su cara. Luego del episodio, Schaefer asentó la denuncia en la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia. La psicóloga que le tomó la denuncia fue citada a declarar. Y también los vecinos del edificio de Libertador al 1700, donde vivía la pareja con sus hijos, fueron llamados como testigos. Todos ellos declararon haber visto a Claudia golpeada y llorando. Dijeron que tenía miedo de que su esposo la matara si lo denunciaba. Finalmente, declaró la señora que ayudaba a la familia en las tareas domésticas y que en la actualidad mantiene un juicio laboral con el acusado. Todos coincidieron en el maltratos de Farré hacia su esposa Claudia Schaefer.
Todos esos relatos, más los once testigos de la audiencia del martes, fueron seguidos atentamente por los doce miembros del jurado en la sala del Tribunal Oral en lo Criminal 2 de San Isidro.
“En la Argentina la idea es que el jurado esté preservado como garantía de imparcialidad por eso su identidad no se conoce hasta el día que empieza el debate. Ellos tienen que tomar los datos, reconstruir, deliberar. En Estados Unidos no se puede filmar, ni grabar ni fotografiar. Por eso hay dibujantes que toman notas”, explicó Deane.
En la segunda audiencia, uno de los testimonios más fuertes fue el del médico forense Juan Raúl Cheuquel, quien realizó la autopsia de Schaefer: “Todas las lesiones fueron cometidas entre dos y cinco minutos. La mayoría fueron vitales y el degüello fue lo último”.
La cuarta audiencia se realizará mañana en los Tribunales de San Isidro.
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