Chris Anderson carga ancianaCosecha Roja.-

Petra Laszlo es viral: a una semana de que diera la vuelta al mundo la foto del niño muerto en la playa turca, circularon videos en los que se ve a una reportera de la cadena de televisión N1 meterle la traba a refugiados sirios que llegaban a Hungría desde Serbia. Pero no todos los camarógrafos, fotógrafos y periodistas intervienen sólo pensando en conseguir una mejor toma. La historia está repleta de ejemplos contrarios, de profesionales que decidieron trascender la lente y dar una mano.

The NYMag Haiti

Christopher Anderson es uno de ellos. El fotógrafo canadiense tiene más de una historia para contar. En 1999 emprendió una misión con el periodista Michael Finkel que luego contaron y mostraron en The New York Magazine. Se subieron a un bote de madera casero que medía siete metros y se llamaba “Cree en Dios”. A bordo viajaban 44 haitianos que quería llegar a Estados Unidos. Después de varios días de navegación, el barco empezó a hundirse en el mar Caribe. Algunos se despedían, ninguno perdía la calma: lo único que quedaba la resignación.
Anderson no había tomado fotos todavía, no sentía que estuviera bien hacerlo, aunque todos sabían que reportero gráfico.

– Sería bueno que empezaras a hacer fotografías. Sólo nos queda una hora de vida- le dijo David, el hombre al que habían seguido en la travesía.

Recién ahí sacó su cámara y empezó a registrar las imágenes que le valieron la Medalla de Oro Robert Capa. “Nos salvó en el último momento un barco de la guardia costera de Estados Unidos que se topó con nosotros, pero esto es ya otra historia. Este fue, en cierto modo, el momento más decisivo en el transcurso de mi vida fotográfica”, contó Anderson en el libro Magnum, hojas de contacto.

El mismo reportero se convirtió en protagonista de otra foto. Esta vez en Líbano, con remera blanca y la cámara colgada al cuello, el canadiense cargó sobre su espalda a una anciana durante la evacuación de una aldea bombardeada por el ejército israelí.

AlDíaz

El 20 de febrero del año pasado el periodista gráfico Al Diaz iba manejando su auto en una autopista de Miami cuando vio que un conductora detuvo el auto y se bajó porque su sobrino de cinco meses no respiraba. Díaz, reportero de The Miami Herald, se acercó y la ayudó a reanimar al bebé. Recién cuando llegaron la policía y los médicos fue a buscar la cámara para tomar imágenes. Las fotos dieron la vuelta al mundo y el hombre se ganó un premio humanitario de la National Press Photographers Association (NPPA), la agrupación de profesionales de la prensa gráfica en Estados Unidos.

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Walter Astrada es un fotógrafo argentino que se destaca por su trabajo comprometido. Hizo series sobre la violencia contra las mujeres en Guatemala, India, República Democrática del Congo y Noruega. “Puedo mostrar que la violencia contra mujeres no respeta ningún poder, religión, clase social, que no tiene que ver con la riqueza del país, ni si es del primer mundo, o tercer mundo”, dijo a la Asociación Alexia.

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Gustavo Castaing, fotógrafo de Clarín, fue uno de los primeros en llegar a Cromañón la noche del 30 de diciembre de 2004, el día de la masacre. Una de las fotos que sacó fue tapa del diario al día siguiente y despertó la polémica: se ve a un joven rescatar a otro. La jornada de trabajo no fue fácil y lo hizo pensar sobre cuál es el rol de un fotógrafo en una situación conflictiva. Lo contó con sus propias palabras, ocho años después, en un documental de Canal Encuentro:

“Eran unos chicos que traían a otros chicos. En este caso había uno puntual que lo venían trayendo de a dos arrastrándole los pies por el asfalto hacia una de las ambulancias del SAME, que estaban más cerca de donde caí yo con el auto. Esa foto que saqué generó una situación sumamente violenta, los violentó a ellos. Los que estaban alrededor enseguida vinieron a increparme, me golpearon incluso. Así que decidí, en ese momento, que no era buena idea estar haciendo mi trabajo como cualquier otra vez […] Podemos discutir durante días sobre si las imágenes contribuían o no al futuro o al día siguiente, pero en ese momento y en ese lugar era un estorbo porque generaba situaciones que no aportaban a la resolución favorable. Al contrario, la entorpecía mucho”.

Algunas imágenes cumplen una función social y política que queda en la memoria, justo cuando la lente se posa en el ojo de la tormenta. Así le pasó a Robert Capa con la cuestionada fotografía

muerte de un feliciano -  robert capa

‘Muerte de un miliciano’: en el momento fue clave para ilustrar la guerra civil española, aunque muchos años después se cuestionó su veracidad. Pepe Mateos fotografió la represión policial que culminó en el crimen de Maximiliano Kostecki y Darío Santillán en el puente Pueyrredón, el 26 de junio de 2002. Andrés Kudacki mostró el drama de los desalojados durante la crisis española y sus retratos de una anciana que perdió todo fueron la postal más emotiva.

Andrés Kudacki desalojo españa

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El drama de los migrantes y la crisis de refugio en Europa resonó dos veces en los medios en las últimas semanas. Primero alrededor de la publicación de la foto del niño sirio muerto en la playa turca. Después, con la zancadilla de Petra a las familias que escapaban de la policía en Roszke, la zona de Hungría a la que llegan los migrantes desde Serbia.

La escena que protagonizó la camarógrafa en la zona donde esperan los refugiados quedó registrada en varios videos y el medio para el que trabajaba la despidió. Ella reconoció los hechos pero no quiso hacer declaraciones. En Facebook ya hay un grupo que la repudia, “El muro de la vergüenza”, que ya tiene más de 35 mil likes.

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Ilustración: Hasan Abadi

Fotos: Chris Anderson, Al Díaz, Walter Astrada, Gustavo Castaing, Robert Capa, Andrés Kudacki.

[Nota publicada el 9/9/2015]