Foto: Franco Trovato Fuoco (El Ciudadano)
Carlos Daniel Orellano salió a bailar con sus amigos y no volvió. La familia sabe, por las fotos que sus amigos publicaron en las redes, que hasta las 4.30 de la mañana estuvo bailando en el boliche Ming House River de la Fluvial, en la costa rosarina. Después, cuentan los testigos, intentó meterse en el VIP sin pulsera y los de seguridad lo echaron a los golpes hacia la barranca del Paraná. En ese punto terminan las certezas y arrancan las hipótesis: “Yo pienso que tres patovicas me lo tiraron al agua en el muelle 3”, dice su papá.
El miércoles Prefectura rescató un cuerpo que flotaba en la zona donde vieron por última vez a Carlos y fue enviado al Instituto Médico Legal. Tras la autopsia, confirmaron que era él.
La familia tiene varios datos que permiten sospechar de la seguridad mixta del boliche (policías y empleados privados). El más importante: un “sendero de rastros de sangre” que va desde el interior del boliche a la baranda del muelle 3, según publicó el diario El Ciudadano.
“Lo sacaron y lo hicieron caer de cara al piso con la mano atrás, se cayó desde unos 60 centímetros del altura y pegó con la cara, aparentemente se lastimó. Se enojó, le pegaron, lo lastimaron, siguió enojado y entonces le siguieron pegando entre tres, y en vez de sacarlo para la calle lo sacaron para este embudo, porque acá no tiene escapatoria y cuando llega acá (por el muelle 3), lo acorralaron contra la baranda, y no está claro si se patinó, lo empujaron o le pegaron, y cayó al río”, dijo Edgardo, el papá de Carlos.
Una agente de Prefectura declaró en la comisaría a las pocas horas que desapareció Carlos. Contó que que vio “a un muchacho en un sector vedado” del muelle 3 que podría haber caído al agua. Dijo que se dio vuelta y cuando volvió a mirar el joven ya no estaba. La descripción física que dio coincide con la de Carlos. La familia del joven desconfía de la declaración de la mujer: es pareja de uno de uno de los patovicas que habría sacado a Carlos del boliche.
“La hipótesis es una desaparición en el río Paraná, a partir de una situación comprometida del personal de seguridad mixta del boliche”, explicó Salvador Vera, abogado de la familia Orellano, quien pidió que la justicia ordene la detención de la agente de Prefectura que declaró en la comisaria.
Edgardo conoce bien el Paraná: toda su vida fue pescador. Junto a varios compañeros llevan adelante una búsqueda paralela a la que hacen los buzos tácticos de Prefectura en el río. El hombre estuvo en el boliche en el que desapareció su hijo encabezando una marcha para reclamar su aparición con vida. Está convencido de que Carlos es víctima de desaparición forzada y anticipó que va a pedir que la investigación pase a la justicia federal. Por ahora la causa está en el fuero ordinario en manos de la Fiscalía de Homicidios Culposos
La fiscal Valeria Piazza Iglesias ordenó el peritaje de “cámaras públicas y privadas”. También pidió la lista de empleados del boliche y el listado de llamados al 911 y a la central de Prefectura.
El Ministerio Público de la Acusación abrió una investigación paralela por irregularidades por un posible encubrimiento policial. Secuestraron el libro de guardia de la comisaría 2 y dieron intervención a la Agencia de Control (ex Asuntos Internos).