En lugar de cortinas, hay banderas del orgullo. En la primera iglesia inclusiva de Córdoba ser de la comunidad LGBT+ no es un pecado mortal. Este grupo metodista, cansado del rechazo en otras iglesias, abrió su propio templo hace dos semanas. ¿Qué opinará Dios?
-Dios es diverso, lo ves en la naturaleza, los colores, las texturas. Confiamos en eso y seguimos para adelante -dijo a Cosecha Roja Noemí Farré, la pastora de “Incluidos por su gracia”.
La historia de Noemí empieza con mucha soledad. Iba de iglesia en iglesia escuchando que tenía que corregirse. Que ser lesbiana era un pecado, algo abominable. Tenía fe, le gustaba leer la biblia, pero le dolía escuchar que su sexualidad estaba mal.
-Yo era la rarita hasta que descubrí que vivía mi sexualidad de forma diferente. Entonces entré en una crisis muy fuerte a nivel espiritual, porque no podía negar la fe y tampoco lo que era.
Buscando a quienes estuvieran pasando por lo mismo que ella en las redes, se conectó con un movimiento de iglesias inclusivas (como le llaman a la comunidad LGBT+) que tiene su base en Brasil: “Me invitaron a viajar allá y vi el compromiso y el coraje que tienen en esta época de Bolsonaro. Fue mutuo, nos apoyamos y decidimos abrir una iglesia aqui”. Hoy tiene 63 años y se la nota feliz de haber concretado su deseo.
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La monja de las trans
Participan gays, lesbianas y personas trans. Los cultos que hacen son los mismos: toman los sacramentos, se casan y celebran los mandamientos. No tienen celibato obligatorio y dicen que tener su templo es la concreción de un derecho, el derecho a la fe. Guardan varias discrepancias con las lecturas que hacen de la biblia aquellos que los discriminan:
-Hay unos 12 capítulos bíblicos que nosotros le llamamos textos gatillo, porque con esos nos gatillan y nos señalan como pecadores, sodomitas, abominables y todo lo que se puedan imaginar. Qué hemos hecho: hay teólogos que empezaron a estudiar la biblia en el contexto en el que fue producido ese texto. La biblia es traducción de traducción, y en realidad los textos en su mayoría están relacionados con el abuso, el sometimiento en la parte sexual.
Un punto donde la opinión de Noemí podría discutir con las teorías queer y los estudios de género está en la sexualidad. Para ella no se trata de una elección o una construcción vinculada al devenir social y cultural, más bien de una forma en la que se llega al mundo. “No elegimos esto sino que nacimos así, con este tipo de sentimientos. Es como el que nació zurdo, nació con su mano izquierda funcionando”.
Existen unas mil congregaciones en el mundo que dan protagonismo a personas LGBT+ en sus actividades ¿Una forma de que la iglesia se renueve para no perder fieles? Es probable. Pensemos que en nombre de la iglesia hace dos mil años era posible convivir con la esclavitud, algo que hoy sería impensado.
Si alguien quiere compartir el estudio de la biblia o practicar la fe, la iglesia LGBT+ de Córdoba tiene sus puertas abiertas. Noemí tiene un mensaje: “Que se arrimen, que no piensen en suicidarse, hay esperanza, que el Cristo de gracia nos abraza”.