Por Noelia Ibarra*
Pensar en la construcción de un feminismo popular requiere pensarlo en clave de una construcción de mayorías, esto significa pensarlo desde una praxis que se construye junto al pueblo, escuchando a las excluidas.
El feminismo que queremos es el que asume contradicciones como desafío, que busca crecer y expandirse entre aquellos sectores con los que compartimos las calles.
Hablamos desde nuestra experiencia dentro del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) – Santiago del Estero.
A partir de del 2002 este movimiento lucha por la inclusión laboral de aquellos que en un contexto regresivo y de exclusión inventan sus propias fuentes laborales desde lo más precario, lo que es llamado economía popular.
Las organizaciones sociales trazan estrategias para mejorar las condiciones laborales y de vida de miles de trabajadoras y trabajadores de la economía popular, pero también para discutir desde una perspectiva de género cómo combatir las desigualdades a través de la generación de políticas públicas que reconozcan su labor en la sociedad.
Desde el MTE impulsamos acciones concretas para trabajar de manera transversal la perspectiva de género más allá de la línea productiva, generando lazos con organizaciones feministas, instituciones, profesionales de la salud, abogadas y militantes que se suman a aportar en los espacios de debate. Algunos ejemplos que podemos mencionar son la participación en el Encuentro Provincial de Mujeres de la Economía Popular en 2018, la creación de ciclos formativos en derechos sexuales y reproductiva con la colaboración de docentes y militantes de la UNSE, encuentros sobre sororidad, salud, cuidados, política, entre otros temas, siempre elegidos por las compañeras, como así también la participación en los Encuentros Pluri Nacionales (2017 Chaco, 2018 Rosario, 2019 La Plata).
En 2020 con el comienzo de la pandemia creamos el Espacio de Mujeres y Diversidad conformado por trabajadoras y militantes de las distintas ramas de la economía popular (sobre todo de sociocomunitario) para transversalizar la perspectiva de género en todo el movimiento y para formar a compañeras como Promotoras Territoriales contra la Violencia de Género en los barrios populares.
Un año más tarde sostenemos día a día acompañamientos a compañeras que llegan a nuestros espacios por situaciones de violencia, donde nuestro equipo las escucha, les brinda un espacio seguro para expresarse y nos ponemos a disposición de sus necesidades, tragando muchas veces la frustración y la impotencia de que la Justicia y el Estado nos descuide y abandone.
Mientras nos seguimos formando, inventando herramientas y estrategias para afrontar las desigualdades en un mundo dado vueltas, donde todxs opinan sobre la salida más eficaz a este problema, nosotras sostenemos que las demandas de Techo, Tierra y Trabajo no son meras consignas, son derechos y banderas de luchas para construir una sociedad con más justicia social.
*Es integrante del Movimiento de Trabajadores Excluidos y coordinadora del Centro Barrial Vientos de Libertad donde dan acompañamiento a jóvenes en situación de consumos problemáticos, y a mujeres y diversidades en situaciones de violencia de género.