Cosecha Roja.-
No habrá una nueva autopsia del cuerpo de Alberto Nisman, no será necesario. Así lo comunicó la titular de la investigación, Viviana Fein. La familia recibirá el cuerpo y lo enterrará el jueves en el sector nuevo del Cementerio Israelita de Tablada. Mientras, la investigación avanza: hoy allanaron nuevamente el departamento, pasaron a disponibilidad a dos policías federales que custodiaban al fiscal y analizaron las cámaras de seguridad. Qué pasos sigue la investigación caratulada como “muerte dudosa”.
1) Escena de la muerte: #arma #cerraduras #pasadizo
Nisman apareció muerto con un disparo en la sien la noche del domingo 19 de enero en su departamento de Puerto Madero. Estaba tirado en el piso del baño, trabando la puerta. Debajo del cuerpo estaba el arma que disparó y que le prestó un colaborador. En la bañadera había manchas de sangre. Cuando la médica legista lo revisó, el cuerpo llevaba “entre 12 y 15 horas de fallecido”, según dijo la fiscal Fein.
El departamento tiene una entrada principal (a la que sólo se accede ingresando un código en el ascensor), una puerta de servicio y otra -angosta- que conduce al pasadizo en donde se apoyan los aires acondicionados. Walter es un cerrajero al que los guardias de la torre suelen llamar y el que abrió la puerta de servicio. Los peritos levantaron huellas en el pasadizo de los aires acondicionados en donde caminan los técnicos que hacen mantenimiento y reparaciones. Encontraron una pisada y una huella dactilar en uno de los barrales de protección. Las puertas de aluminio de los extremos comunican los living del departamento de Nisman y de uno de sus vecinos. Los investigadores deben determinar si esas puertas pueden cerrarse desde adentro y a quién pertenecen las huellas. Las fotos de esos pasadizos fueron difundidas en las redes sociales.
2) Autopsia: #plomo #sien #trayectoria
La autopsia determinó que Nisman murió de un disparo en la cabeza. Los peritos aseguraron que no hubo intervención de terceras personas y que el plomo extraído de la cabeza de la víctima y la vaina hallada al costado corresponden en un 99 por ciento con el arma secuestrada en la escena. El disparo con la Bersa calibre .22 -registrada a nombre del colaborador de la fiscalía- fue en la sien, a dos centímetros de la oreja. Y la bala entró por el parietal derecho, desde abajo hacia arriba. El cuerpo estaba tirado en el piso del baño, trabando la puerta. Debajo de uno de los brazos estaba la pistola calibre .22 y en la bañadera había manchas de sangre.
Los resultados del barrido electrónico que realizaron los expertos de la Policía Científica de la Bonaerense determinaron que no hay restos de plomo en las manos de Nisman. Sin embargo, eso no descarta que haya sido él quien disparó. “El calibre del arma (que provocó la muerte del fiscal) es tan pequeño que no permite que el barrido de positivo”, dijo la fiscal Viviana Fein en declaraciones radiales. Según el perito criminalista Raúl Torre, “un arma de tipo pistola (recámara cerrada) y reducido calibre de fuego anular .22, puede dar negativo aún habiendo disparado”. Los peritos realizarán un nuevo disparo con el arma para ver si deja pólvora.
3) Testigos y declaraciones: #Lagomarsino #madre #exesposa #custodios
Los custodios de Nisman eran diez policías federales que lo cuidaban desde 2007. El viernes anterior a la muerte el fiscal acordó con ellos que fueran el domingo antes del mediodía pero nunca apareció ni atendió los llamados. Los oficiales que habían acudido al encuentro le avisaron a la secretaria y a la madre del fiscal que no lo encontraban. Eran las dos de la tarde. Recién a las 22:45, después del hallazgo del cuerpo, se enteraron las autoridades policiales: por esa demora en reportar la falta de respuesta de Nisman a los superiores, el Ministerio de Seguridad abrió un sumario administrativo a los dos custodios que estaban en Le Parc. Según publicó Infojus Noticias, el suboficial Armando Niz y el sargento Luis Miño incurrieron en una “falta grave” y hoy fueron puestos a disponibilidad.
La madre Sara Garfunkel fue la que encontró al hijo muerto en el departamento de Puerto Madero. Ella tenía las dos llaves de la puerta de servicio, por eso los custodios la llamaron. Sara pudo abrir una de las cerraduras pero cuando intentó con la segunda encontró una traba: del otro lado, la llave estaba puesta y tuvo que llamar a un cerrajero. Cerca de las 23 logró entrar al departamento y vio que estaba todo ordenado, que no faltaba nada, que nada llamaba la atención. Salvo la luz del baño, que estaba prendida. Ahí, trabando la puerta y tirado en el piso, estaba el cuerpo de Nisman. La mujer declaró ante la fiscal Fein durante más de tres horas y dijo que no cree que haya sido un suicidio.
La ex esposa de Nisman es la jueza federal Sandra Arroyo Salgado. Con él estuvo casada más de diez años y tuvo las dos hijas con las que estaba en Europa cuando se enteró de la muerte del fiscal. Volvió de inmediato, declaró y se presentó como querellante, en representación de las hijas y de la madre de Nisman, Sara Garfunkel. El viernes declaró durante 8 horas ante la fiscal Fein y ayer lo hizo nuevamente.
El cerrajeroWalter abrió la puerta de servicio del departamento de Nisman. Los guardias de la torre Le Parc suelen llamarlo cuando un vecino lo necesita. “La llave estaba puesta. La levanté, la empujé y abrí”, dijo ante las decenas de periodistas que lo esperaron el miércoles, cuando salió de declarar en el Palacio de Tribunales. Contó que tardó más en guardar las cosas que en abrir.
4) El único imputado
El sábado a la noche Diego Lagomarsino, experto en informática y colaborador de Nisman, lo visitó y le dio el arma Bersa calibre .22 hallada en la escena de la muerte. Los investigadores creen que fue la última persona que lo vio con vida. La justicia imputó al colaborador personal por facilitarle el arma y violar el Código Penal.
El lunes Lagomarsino se acercó a la fiscalía y le contó a Fein que él le prestó el arma, que fue Nisman quien se la pidió porque temía por su seguridad y las de las hijas. También le dijo que se sentía culpable, que no debería haberle dado una pistola y que no midió la magnitud de la situación.
El colaborador de Nisman violó el artículo 189 bis, apartado 4 del Código Penal que dice: “Será reprimido con prisión de un año a seis años el que entregare un arma de fuego por cualquier título a quien no acreditare su condición de legítimo usuario”. Ahora la fiscal seguirá investigando las pruebas recolectadas y los testimonios para decidir si la imputación puede extenderse.
Lagomarsino es especialista en informática y empleado de la UFI AMIA, la unidad que estaba a cargo de Nisman. Según publicó Página/12, era un colaborador muy cercano al fiscal que iba poco a la oficina y mucho departamento de Puerto Madero. Ese sábado la visita quedó registrada en las cámaras de seguridad del Le Parc.
Foto: Télam
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