Cosecha Roja.-
Hace tres años lo vieron a Facundo Rivera Alegre por última vez. “El rubio del pasaje” tenía 20 años y una hija. Había ido a un baile del Estadio Centro cordobés y no volvió más. A Viviana, la mamá, le dijeron que lo habían cremado pero nunca se comprobó. Para ella es un desaparecido y hubo complicidad policial. El 18 de mayo empezará el juicio.
Hoy a las 11 de la mañana Viviana se acercó a los Tribunales de Córdoba, junto a organizaciones de Derechos Humanos y barriales. Quería hablar con alguien en la Cámara 11 del crimen pero la secretaria la maltrató. “Nos trataron muy violentamente, no nos querían dejar ni subir a las escalinatas”, contó Viviana a Cosecha Roja.
– No puede tratar así a una madre que le desaparecen un hijo – dijo Emiliano Salguero, de HIJOS.
– Y bueno, que lo vaya a buscar ella – respondió la secretaria.
A las 19 se concentrarán en la Plaza Vélez Sársfield que, desde hoy, pasará a llamarse “Facundo Rivera Alegre”. Estarán presentes Sonia Torres -titular de Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba-, Vanesa Orieta -hermana de Luciano Arruga-, Angélica Urquiza – mamá de “Kiki” Lescano- y otras Madres de la Gorra. Tocarán las bandas La Cruza y El Perro Verde. Para esa hora, el Colectivo Jóvenes ya habrá terminado el mural de mosaicos con la cara del joven que empezaron a la tarde en Mariano Moreno y Caseros.
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El 19 de febrero de 2012 Facundo fue a un baile del Estadio Centro cordobés. Desapareció ese domingo en la madrugada después de estar con la banda cuartetera de Damián Córdoba. La hipótesis del fiscal Alejandro Moyano apunta a que los pibes del grupo le pidieron a Facundo que les fuera a comprar cocaína a lo de “Los Colela”, en la casa de María del Carmen “La Colela” Rearte. Querían tener para el viaje. Siempre hacían eso: mandaban a los fans a conseguirles de la buena.
Facundo llegó al barrio Maldonado, se encontró con Pablo y Kevin Reartes, compró 50 gramos y pagó una deuda. Pero los cien dólares que entregó eran falsos y le pegaron un tiro en la cabeza. Entonces Facundo se convirtió en un cuerpo dentro de una frazada. Lo llevaron al cementerio, lo guardaron en una tumba y lo cremaron.
Viviana dice tener más detalles, pero no los puede contar porque quiere respetar el secreto de sumario, porque tiene el teléfono pinchado y porque precisaría que le den una protección de testigos que funcione. Las amenazaron personal y telefónicamente a ella y a su nieta y nuera (la hija y la novia de Facundo) varias veces. Una de las últimas fue el sábado 5 de junio: el perro ladró tan fuerte que Viviana saltó de la cama con la nena de tres años a upa y se encontró con la policía y una orden de allanamiento.
La mamá del Rubio denunció que le entregaron los expedientes dos años después de la desaparición, que el Fiscal no apartó a los miembros de la policía de la investigación pese al pedido del Programa Nacional de Lucha contra la Impunidad y que él “negó tener una presión política por parte del gobernador José Manuel De la Sota, pero hoy es Fiscal General de la Provincia de Córdoba”.
Facundo era de Boca, le gustaba bailar, siempre estaba de buen humor y entraba a los lugares cantando. Tuvo una banda de rock, una de tango y una de cuarteto. “Decía que tenía mil despelotes pero que todo va por dentro, que por fuera prefería sonreir”, contó Viviana. Tenía una hija de un año cuando lo mataron. La niña cumple cuatro años el mismo día que empieza el juicio por El Rubio.
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