Cosecha Roja.-
Abel Ramón Navarro estaba borracho y le gritaba a Érica, su pareja, en la puerta de la casa del barrio El Matadero, en las afueras de Tucumán. Los gritos se escuchaban en toda la cuadra y Sandra Lobo salió a la vereda a ver qué pasaba entre la hija y el yerno. Cuando él la vio, se bajó los pantalones, se jactó de haberse acostado con todas sus hijas y la amenazó con un cuchillo de doble filo. Sandra y su pareja forcejearon con Navarro, él cayó al piso y ella lo apuñaló. La justicia la condenó a ocho años de prisión por el homicidio, el fiscal de la causa dijo que ella era una “persona agresiva” y el defensor va a apelar el fallo porque en la sentencia no se tuvieron en cuenta los antecedentes de violencia de género.
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La noche del 15 de diciembre de 2012, Sandra y Hugo salieron a la vereda. El foco de luz de un vecino era lo único que iluminaba la escena. Navarro revoleaba un cuchillo, gritaba, quería pegarle a Érica, quería apuñalar a Sandra. Hugo quiso defenderlas y empezaron a forcejear. Sandra le tiró agua caliente y una piedra que lo volteó. “Cada vez que Sandra quería separarlos, Navarro la amenazaba con apuñalarla. Después de eso, él recibió un golpe en la cabeza y una puñalada de diez centímetros en la tetilla izquierda que atravesó el pulmón, el corazón, el pericardio. Eso le provocó la muerte”, dijo a Cosecha Roja el fiscal Daniel Gerardo Marranzino.
Navarro y Érica eran cuñados: cuando ella cumplió 15, él dejó a su hermana de 30 años con la que había tenido hijos. Empezaron a salir y también tuvieron hijos. La noche del crimen Navarro quería llevarse la moto y ella no quería darle las llaves. Por eso empezó la discusión.
En un primer momento Hugo Barrera fue el principal imputado por el homicidio pero las pruebas que se presentaron en el juicio no fueron suficientes y lo absolvieron. Cuando la detuvieron Sandra se negó a declarar. Tiempo después confesó por escrito delante de un abogado: dijo que su pareja no era culpable del delito sino ella. Sandra pasó de estar acusada como partícipe criminal a ser imputada por homicidio. Esta semana las juezas Juana Juárez, Stella Maris Arce y Marta Cavalloti condenaron a Sandra a 8 años de prisión, el valor mínimo de la pena.
Fuentes judiciales dijeron a Cosecha Roja que la defensa va a apelar el fallo porque no se tuvieron en cuenta los antecedentes de violencia de género que sufrieron Sandra y sus hijas en manos de Navarro. Si bien no hay denuncias asentadas en la justicia, él les había pegado en otras oportunidades y hay antecedentes de violencia en la corte tucumana que pueden servir como jurisprudencia.
Para Marranzino Lobo Sandra era una “persona agresiva”. “Hay un informe del gabinete psicológico del Poder Judicial que estableció que tiene una conducta agresiva y causas previas por lesiones contra otras personas”, dijo.
Foto: Diego Aráoz / La Gaceta
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