Los vecinos de la manzana 110 de la Villa 31 sintieron un olor nauseabundo que venía de la casa 108 y llamaron al 911. Los policías de la unidad de prevención barrial 4 y de la comisaría comunal 1 barretearon la puerta y encontraron el cuerpo descuartizado de una mujer.
La casa no tenía la puerta ni las ventanas forzadas. Había sangre en toda la casa y partes del cuerpo en el living y en la terraza. En un primer momento a los investigadores les costó identificar la cantidad de víctimas. Algunos medios publicaron que podrían ser dos o cinco. Los médicos forenses confirmaron que la víctima era Liliana González, una mujer paraguaya de 37 años. Había llegado al país hace 15 años. Tenía dos hijos, de 13 y 8.
El principal sospechoso del femicidio es la pareja de la mujer y padre de los dos chicos, Waldo Servian Riquelme, también paraguayo, de 33 años. Hace tres meses Liliana lo había denunciado por violencia de género en la Comisaría 2ª. El sábado, Riquelme el hombre le dejó sus hijos a su hermana. Unas horas después le pidió que los llevara a la terminal de Retiro para despedirse de ellos. Los investigadores sospechan que podría haber huído a Paraguay después de asesinar a su pareja.
El fiscal Andrés Madrea, a cargo de la investigación, pidió la detención de Riquelme, que fue ordenada por el juez Diego Slupski, quien también le prohibió la salida del país.
En los primeros dos meses del año el Observatorio de las Violencias de Género contabilizó 51 femicidios íntimos, tres femicidios vinclados y dos transfemicidios. Un crimen de género cada 26 horas.
