Está al alcance de cualquiera, con solo acceder a una página de la Nasa (agencia espacial de los Estados Unidos): volvieron los incendios en las islas del Paraná frente a Rosario y las ciudades del cordón industrial, al norte de la traza vial que conecta con la entrerriana Victoria. Son varios, y se detectaron desde el pasado fin de semana. En un escenario preocupante, por la persistente bajante del río que amenaza parecerse a la histórica de 2020, año en que las quemas en el humedal superaron los daños de su antecesora más grave, en 2018.
Los nuevos focos de fuego se encendieron frente a algunos arroyos transitados por navegantes, como el Barrancoso, Los Toldos, el Riacho Paranacito y la laguna Recalde.
El año pasado, las quemas, que según el Plan Nacional de Manejo del Fuego fueron en más de un 90 por ciento causadas por el hombre, afectaron a más de medio millón de hectáreas a lo largo del Delta del Paraná. Hubo reuniones de autoridades, envío de efectivos y aeronaves de Nación para apagar los incendios y hasta instalación de los llamados Faros de Preservación para detectar focos en forma temprana y minimizar daños. Pero el fuego volvió: hubo denuncias en marzo y abril últimos, y ahora, en zonas alejadas del curso principal del Paraná, otra vez se encienden las llamas.
ISLAS DEL PARANA | Se observan focos de incendio en zona de islas frente a Rosario. pic.twitter.com/shgIvxy4xu
— Centro Integrado de Operaciones Rosario (@CIOR_Rosario) April 15, 2021
También ahora, en un contexto de bajante del río con menos tierra firme sobre el agua, los riesgos para la flora y la fauna pueden ser graves, en momentos en que los territorios distan de recuperar lo que fue arrasado a lo largo de todo un año.
La organización El Paraná No se Toca advirtió esta semana que si continúa la bajante del Paraná, por la escasez de lluvias en Brasil y Paraguay, en los próximos días “podría repetirse el pico histórico” de 2020 cuando alcanzó los 0,08 metros de altura en el puerto de Rosario.
“De seguir cayendo en picada su caudal, pronto se repetirá el pico (de baja) del año pasado. Lo que se prevé es que en los próximos días la bajante del río será igual de pronunciada que el año pasado”, advirtió Pablo Cantador, integrante del colectivo ambientalista.
Cantador agregó que “hace más de un año, cientos de pequeñas lagunas del humedal se quedaron sin agua, las plantas acuáticas se secaron y la fauna típica que vive en estos ambientes desapareció”.
Impactos relevantes
La Universidad Nacional de Rosario creó, a raíz del ecocidio en los humedales, una Plataforma Ambiental integrada por investigadores de varias disciplinas, divididos en 11 sub áreas de trabajo, para analizar las afectaciones al sistema y generar información rigurosa que sirva de insumo a políticas públicas ambientales.
Son varios los informes preliminares surgidos del trabajo de campo, centrado en un principio en la Isla de Los Mástiles, bajo jurisdicción santafesina y frente a Granadero Baigorria. Uno de ellos, de los especialistas Néstor Di Leo, Sergio Montico y José Alberto Berardi, todos de la Facultad de Ciencias Agrarias, advierte que “los suelos quemados están más compactados y se perdió más del 60% del fósforo”. Se trata, dijeron, de un “impacto relevante” junto a la “disminución del carbono almacenado en el suelo” que se traduce en “una pérdida media del dióxido de carbono equivalente a 16 toneladas por hectárea”.