marielaEl Diario del Centro.-

Había pasado parte de la última madrugada antes de desaparecer con el hombre con el que compartió dos décadas y quien fue el padre de sus tres hijos: Rodolfo Delpino.

Mariela Bessonart no había interrumpido del todo la relación con el productor agropecuario. Ya no eran pareja, pero se seguían viendo, manteniendo un vínculo más allá del hilo que los unía por Marcos, Franco y Gisela, sus tres herederos.

Quizás por eso no sorprende que Delpino haya sido quien la pasó a buscar la mañana del miércoles 28 de septiembre por un taller mecánico del barrio Almirante Brown de Villa María, adonde ella se dirigió a dejar su vehículo.

Dicen que la mujer se subió a la chata de su expareja pasadas las 8 de la mañana. Fue la última vez que se la vio. Mañana se cumple una década de ese día, nada menos que 10 años de un misterio que se agigantó con el lacerante paso del tiempo.

Nada se conoce con firmeza sobre qué ocurrió después. Delpino dijo que la llevó hasta el centro y la dejó a dos cuadras del Banco Nación. Un testigo, en cambio, contó que desde el taller el vehículo se dirigió hacia ruta 9, en sentido a Tío Pujio. Ese relato quedó debilitado por lagunas o contradicciones.

Delpino es el único acusado que tiene el caso, que fue elevado a juicio en 2011. Si hoy fuera condenado, probablemente quedaría en libertad porque ya pasó más de un año preso (cuando en agosto de 2006 el fiscal Gustavo Atienza lo detuvo por “privación ilegítima de la libertad”), un período que equivaldría al mínimo del delito que se le endilga.

“Mi madre me pide conocer algo de mi hermana”

Nadie en estos 10 años luchó tanto por el esclarecimiento del caso como Gladys Bessonart, una de los tres hermanos de Mariela (los otros son Domingo y Alberto). Esa incesante búsqueda de justicia la llevó incluso a pelear contra jueces, fiscales y abogados que consideraron que no podía motorizar la querella, algo a lo que finalmente la habilitó el Tribunal Superior de Justicia de la provincia de Córdoba.

Gladys lleva la voz cantante de su mamá, Teresa Ramírez (84), y la propia, que nunca pudo volver a tener paz desde aquel 28 de septiembre de 2005. Hablar con Gladys del tema es ver a una mujer que vuelve a consternarse al enunciar lo que siente y vive.

“Estos 10 años fueron de mucho sufrimiento. Veo el sufrimiento de mi mamá y por todo esto ella está así”, dijo ayer a EL DIARIO, en alusión a problemas de salud de su progenitora. “Vengo sufriendo muy mucho. He tenido mis problemas y cuesta salir. No es fácil que te golpeen por buscar justicia”, expresó.

“Si hay algún interés detrás de esto, no lo sé (indicó sin que se le pregunte), lo que quiero es saber qué pasó con ella y nada más, como mi mamá, sus amigas y la sociedad, porque cuando voy a Villa María y digo mi apellido, lo primero que me preguntan es qué pasó”, confesó la entrevistada, que habita en Los Zorros.

“Como hermana, quiero saber qué pasó, que se haga justicia. Es lo que anhelo. Mi hermano, mi madre, me lo han pedido muchas veces. Quiero saberlo por ella”, relató.

Emocionada, aseguró que seguirá adelante por darle respuestas a Teresa. “Hay mucha gente que me está apoyando y brindando su aliento. Quiero justicia y tengo mucha fe y mucha confianza en la Justicia de Villa María”, afirmó.

No hay muchas palabras que describan sus sentimientos: “Para mí esto es muy triste, me pongo a pensar en estos 10 años todo lo que hemos padecido y es increíble. Hay algunas personas, una en particular, que sabe todo lo que estoy sufriendo, es mi abogado, Juan Manuel Tovo, que está en las buenas y en las malas. Varias veces fui a verlo llorando, mal”, comentó.

Admitió no tener ninguna esperanza de que su hermana aparezca con vida, pero aclaró que “nunca” tuvo esa idea.

Y sobre la interminable espera del juicio, prefirió no hacer consideraciones: “Sobre eso, pregunten a mi abogado”, dijo con amabilidad.

“Durante 10 años se ha perseguido justicia inútilmente. Se hicieron muchas cosas, incluso más que en otros casos, pero sin ningún resultado. uno descree de los resultados. Siento que hay ineptitud o pocas ganas de esclarecer los casos, son muchos los que están sin resolver en Villa María.

Considero que justicia lenta no es justicia, no puede ser que tarden tanto en comenzar el juicio. En la Argentina tenemos demasiados ejemplos de que justicia es sólo una palabra vacía o existe sólo para pocos. Siempre ha habido alguna esperanza de que Mariela aparezca, pero ya una descree de que eso pueda suceder. Me inclino a sospechar de algunas cosas no buenas”.

Mary Amaya, Asociación Verdad Real y Justicia para Todos

“Parece mentira, pero han transcurrido 10 años. Es una cosa que no se puede comprender. Siempre esperamos que aparezca, pero el paso del tiempo te desesperanza. Ahora deseamos que se inicie el juicio, es la ilusión de todos los que queremos a Mariela, porque pensamos que allí se pueden descubrir algunas cuestiones. Esperemos que el debate se dé antes de que termine este año. Nuestro temor es que le quiten el rol de querellante a Gladys, hermana de Mariela, que siempre ha estado luchando por el esclarecimiento. Estábamos pensando con Miriam (Angelelli) en ir a la marcha por Claudia Rodríguez, el martes, con una pancarta de Mariela. No se mucho más que expresar, simplemente que pedimos justicia y que seguimos recordando a Mariela permanentemente”.

“Particularmente siento mucha ansiedad por ver el inicio del juicio. muchos estamos esperando ese momento. Pasaron 10 años y el dolor continúa. Recordar, la vamos a recordar siempre. Nosotros esperamos que algo se resuelva, pero entendemos que no va a ser fácil. a veces siento ganas de enviarle una carta al Papa Francisco, tengo ganas de hacerlo para pedirle que ruegue por el esclarecimiento”.

Miriam Angelelli, amiga de Mariela. Su hija fue pareja durante varios años de Marcos, hijo de Bessonart

LAS CLAVES

La víctima Mariela Bessonart tenía 38 años cuando desapareció. su último rastro fue el paso por un taller para dejar su automóvil. de allí se fue con Delpino.

UNICO ACUSADO

Rodolfo Delpino

Estaba en pareja con la intendenta de un pueblo serrano, pero no podía cortar definitivamente su vínculo sentimental con Mariela. estuvieron casados y de ese amor nacieron tres hijos.

EL DELITO

Privación ilegítima de la libertad, agravada por el paso del tiempo

Con esa calificación fue a juicio en 2011. Pero cuando detuvieron a Delpino, en 2006, lo hicieron bajo la caratula de “sustracción y/o ocultamiento de personas con fines coactivos”. Tras apelaciones de la defensa se aminoró la calificación y eso le permitió al imputado quedar en libertad.

EL FISCAL

Gustavo Atienza

Es el fiscal más antiguo de Tribunales. Instruyó el caso desde el inicio y será, en un hecho con pocos precedentes, el fiscal de Cámara en el juicio.