-Te la mato. No te muevas o te la mato. Cogé o te la mato.

Victoria Aguirre tenía 21 años y una hija cuando conoció a Rolando Emilio Lovera. Durante seis meses fue su novia y el 30 de diciembre se fue a vivir con él. Alquilaron una casa en Oberá, Misiones y los primeros 15 días de convivencia estaba feliz. Victoria cursaba el tercer año de Profesorado elemental y aunque era madre soltera, la familia paterna de su hija la ayudaba a mantener a la bebé. Rolando trabajaba como sereno, por eso dormía durante el día.

Todo parecía andar bien hasta el 13 de enero, cuando la pequeña Selene Ayelén sufrió un cuadro de deshidratación y los médicos decidieron internarla. De un día para el otro, Rolando comenzó a acusar a Victoria y a la bebé por su falta de dedicación, por quitarle horas de sueño. Rolando se enojaba por el ruido del chupete de la niña y le recriminaba a Victoria porque Selene tenía un pequeño retraso madurativo. Sus enojos fueron creciendo. Una noche rompió el celular de Victoria y la encerró junto a su hija en la casa de ventanas enrejadas.

Victoria decidió irse. Preparó los bolsos pero tuvo que esperar que él volviera con las llaves. Él se dio cuenta de la huida que preparaba su pareja y agredió físicamente a la bebé y a la mamá. Las encerró por ocho días. Durante el día las llevaba a la casa de sus padres. A la noche la llevaba a la arenera en la que trabajaba. Si Victoria se negaba a mantener relaciones sexuales, entonces le pegaba a Selene. Llegó a agarrarla de las piernas y ponerla cabeza abajo, mientras amenazaba con golpearle la cabeza contra el piso. Victoria, en cambio, tenía el cuerpo morado de aguantar los golpes que Rolando quería descargar contra Selene. El cuchillo que llevaba siempre en la cintura era el vehículo de la amenaza.

El 27 de enero, tuvieron que internar a la beba otra vez en el Hospital Samic de Oberá por un cuadro de convulsiones. La nena tenía una salud delicada debido a un retraso madurativo producto de una infección intrahospitalaria que contrajo la mamá durante el embarazo. Al revisarla, los médicos descubrieron que tenía golpes en el cuerpo. Cuando Victoria se lo contó a su pareja, él le dijo que la sacara de ahí. Ella no reaccionó entonces amenazó a la doctora.

El 29 de enero de 2015 se desató la acelerada tragedia.

***

Esa noche del 29, Rolando, Victoria y Selene estaban en la arenera. Ella se había quedado dormida. A medianoche él la despertó. Había llamado un remise. Él tenía a la nena envuelta en una frazada. Cuando Victoria terminó de acomodarse en el auto, él se la pasó.

-No la destapes. No la mires.

Cuando llegaron a la casa, Victoria se dio cuenta de que Selene tenía manchas de sangre. Le pidió a Rolando que las llevara al hospital. Él las llevó pero en el camino le dijo a Victoria qué era lo que tenía que decir. Que se le había caído una computadora encima. Selene entró muerta a la guardia del Samic. Victoria, nerviosa, no pudo precisar lo que había ocurrió y fue acusada del politraumatismo de cráneo y las antiguas marcas de violencia en el cuerpo de su hija. Los médicos llamaron a la policía: Victoria quedó detenida. Lovera huyó del hospital pero se entregó a las cuatro de la tarde del día siguiente.

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El viernes 30, en el inicio del juicio por el asesinato de Selene Ayelén, a Victoria la ubicaron al lado de Rolando Loveras. Fue reubicada luego a pedido de su abogado Roberto Bondar pero Loveras estuvo durante toda la declaración. “Vamos a recusar al tribunal en pleno”, dijo Bondar a Cosecha Roja. “Es muy llamativa la manera de la fiscal cuando interroga a Victoria y del tribunal que no le llama la atención”.

“¿No tuviste oportunidad de hablar, aunque él estuviera, con la doctora? ¿Y decirle que querías que quede internada, que te querías quedar con ella, que querías que le avise a tus padres?”, le preguntó, por ejemplo, la fiscal. “Yo entiendo, estabas nerviosa, tu hija estaba enferma… Pero se trataba de tu hija…”, le dijo en el interrogatorio que duró una hora y media.

Claudia Aguirre, la hermana de Victoria, la acompaña durante el juicio. “Hoy me abrazó y me dijo ‘ya me condenaron’”, contó a Cosecha Roja Claudia. “Es una crueldad terrible lo que están haciendo. Victoria es tratada de una manera y Loveras de otra. A ella la agrede y a él lo trata como un cristal delicado”.

“La médica que atendió a Selene fue testigo de la cara de espanto que puso Victoria cuando ella le pidió que la dejase internada. Vio cuando Lovera entró al consultorio y dijo ‘acá la nena no se queda’. Él tenía la única llave de la casa. Otro médico dijo que la nena nunca tuvo golpes y lesiones”, dijo a Cosecha Roja Indiana Guereño, abogada del Observatorio de Prácticas del Sistema Penal de la Asociación de Pensamiento Penal en el Amicus curiae presentado al Tribunal. “El caso de Victoria debe ser juzgado bajo perspectiva de género y el único camino posible para ella es la absolución”.