patrullerobonaerenseCosecha Roja.-

El Comando de Prevención Comunitario de La Plata montó un operativo para detener a un joven que había sido denunciado por robo. Lo encontraron en una terraza, lo subieron a un patrullero y terminó muerto con un disparo en la cabeza. La versión oficial es que se quiso suicidar pero el caso recuerda la historia de Darián Barzábal -un pibe asesinado en un auto policial- y a la de Luciano Arruga, a quien “pasearon” antes de desaparecer. “El espacio móvil funciona como una detención clandestina circulando por el territorio”, dijo a Cosecha Roja Ileana Arduino, abogada experta en seguridad.

Que a los pibes los lleven a la comisaría no es novedad: los hacen con la excusa de que no tienen el DNI, por un delito o porque sí. Para Arduino, las detenciones “muchas veces se apoyan en normas legales como la averiguación de antecedentes y en los sectores sociales que legitiman la intervención policial”. La práctica habitual de ‘pasearlos’ en patrullero suma terror por la indeterminación. “Es estar a la deriva a merced de otro, sin saber a dónde vas, en qué situación estás o cuándo termina: todo el tiempo los policías marcan la disposición absoluta”, dijo.

El robo fue cerca de las 8 de la mañana en una casa en calle 2 y 66. Un vecino llamó a la policía para denunciar la “entradera” que habían hecho dos personas. Rápidamente un patrullero se acercó a la esquina. Montaron un ‘operativo cerrojo’ y encontraron a uno de ellos escondido en el techo de una vivienda lindera. Lo metieron en el móvil y salieron. Pasadas las 9, el joven llegó herido al Policlínico San Martín. ¿Qué pasó en el medio?

La Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense apartó preventivamente a tres efectivos que iban en el móvil y la investigación pericial quedó a cargo de Gendarmería Nacional. La fiscal Betina Lacki del departamento judicial La Plata secuestró las armas de los oficiales y tomará declaración a los 20 que participaron del operativo.

La versión de la policía dice que el hombre le sacó el arma a un efectivo y se suicidó. “Aún cuando esa hipótesis es improbable, la policía lo tenía bajo custodia: su vida es responsabilidad de ellos. Precisamente, como lo tenían detenido, tenían más deberes de cuidado que cualquier otro”, dijo Arduino. El ‘paseo policial’ no es una tortura sólo para los pibes: también lo es para las familias porque imposibilidad empezar la búsqueda. ¿Dónde está? En ningún lado.

Luciano Arruga fue secuestrado el 31 de enero de 2009 y estuvo desaparecido hasta fin de 2014. En diciembre encontraron el cuerpo: había sido atropellado sobre la General Paz. Desde el principio la familia denunció que había sido la policía. Según Arduino, en el caso de Luciano, “gran parte del despliegue del terrorismo tuvo que ver con haberlo tenido dando vueltas en el patrullero”.

Darián Barzábal fue detenido por la policía el 10 de enero de 2007. Luis Doratto, de la comisaría 4, lo descubrió robando su casa, lo persiguió, lo esposó y lo golpeó. Después lo entregó al patrullero de la 3, a cargo de los sargentos Christian Gutiérrez y Santiago Regalía. Cuando lo bajaron, tenía un disparo en la cabeza y estaba muerto. Los oficiales dijeron que había querido sacarles el arma. Pero Darián estaba esposado y las pericias indicaron que el balazo que lo mató fue disparado pegado a la piel del joven. Regalía fue condenado por la justicia a prisión perpetua por el homicidio y otros tres oficiales recibieron penas por encubrimiento.

[Nota publicada el 27/8/2015]