El Heraldo.

Varias de las mujeres que integran maras y pandillas en Honduras estarían siendo entrenadas en sicariato, de acuerdo al departamento de Delitos Especiales de la Policía Nacional.

El informe del Programa Nacional de Prevención, Rehabilitación y Reinserción Social (PNPRRS) presentado ayer a la Primera Dama establece que 872 miembros de los grupos antisociales, es decir el 20 por ciento, son mujeres.

Del total, 392 integran la pandilla 18 y 453 son miembros de Mara Salvatrucha (MS 13).

El rol de las féminas dentro de la organización delictiva incluye el transporte de armas, drogas y hasta el cobro de impuesto de guerra, así como labores domésticas como la elaboración de comida para el grupo y el cuidado de sus compañeros enfermos o heridos.

No obstante, de acuerdo al documento, en caso de que los líderes lo requieran, las mujeres deben perpetrar asesinatos y robos.

Asimismo, pueden ser “objetos sexuales” de todos los miembros de la pandilla si así lo aceptan, “pero este derecho es violado si el líder desea tener relaciones con la pandillera”.

En algunas ocasiones, las jóvenes también son utilizadas para atraer blancos potenciales que hayan sido identificados por los jefes, sostiene PNPRRS.

La jefa del departamento de Delitos Especiales de la Policía Nacional, subcomisaria Fátima Ulloa, manifestó que en los últimos años se ha incrementado el número de mujeres detenidas por delitos como la extorsión, secuestro, tráfico de drogas, narcomenudeo y hasta sicariato.

“Ellas ya están siendo entrenadas para el disparo, están siendo entrenadas para ingerir cocaína y llevarla en su estómago como mulas y penetrar marihuana o arma de fuego al centro penitenciario”, dijo Ulloa a la radio local HRN.

Ulloa informó que en las cárceles de Honduras se puede observar una gran cantidad de jóvenes y mujeres que ingresan a hacer visitas y muchas de ellas son obligadas, pues en caso de negarse “firman su sentencia de muerte”.

Según los registro de la unidad, está comprobado que las jóvenes no solamente sirven de mula y llevan mensajes de extorsión, sino que “son las personas que invitan a otras jóvenes a que se unan a estos grupos”.

El delito de trata de personas está ligado al tema de maras y pandillas, pues “para nosotros no es desconocido que muchas menores desaparecidas están siendo integradas a estos grupos antisociales, quienes posteriormente las van a lanzar a las calles y van a comenzar a delinquir”, agregó.

El informe “Situación de Maras y Pandillas en Honduras” señala que los grupos delincuenciales operan en 14 ciudades del país, distribuidas en un 60 por ciento en San Pedro Sula y 21 por ciento en Tegucigalpa.