Ismael-SosaJulia Muriel Dominzain – Cosecha Roja.-

– Por el mismo camino que viniste, te vas.

Así le respondieron en la comisaría a Victoria, la novia de Ismael Sosa, cuando fue a denunciar que no lo encontraba por ningún lado. El joven tenía 24 años y vivía en Merlo, Provincia de Buenos Aires. El sábado 24 de enero viajaron juntos al recital de La Renga en Villa Rumipal (Córdoba) y se perdieron mientras hacían la cola. Cinco días más tarde apareció el cuerpo flotando en el embalse de Río Tercero, a 500 metros de la costa. La familia sospecha de la policía: ¿otro Walter Bulacio? “Sabemos que él no se tiró al agua, hay muchos testigos”, dijo a Cosecha Roja Lucía, la hermana.

“Le dieron tanta paliza que lo mataron y lo tiraron al agua para que parezca un suicidio”, dijo a Cosecha Roja Facundo, hermano de Ismael. Esa es la hipótesis de la defensa pero la etapa de investigación, a cargo del fiscal Alejandro Carballo, recién comienza. “Creemos que no pasó el primer control policial de ingreso, que ahí fue golpeado y que luego transitó solo, pidió ayuda en un par de lugares manifestando que le habían pegado. Después no se sabe nada más”, dijo a Cosecha Roja Juan Borghi, el abogado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Río Tercero que defiende a la familia.

El cuerpo apareció el lunes en un estado avanzado de descomposición. Estaba en el agua, a 500 metros de la costa del Club Náutico Caza y Pesca de Hernando. La autopsia se postergó porque la querella pidió un perito de control. Será clave saber si presenta signos de violencia, si murió ahogado o lo tiraron al agua muerto y cuánto tiempo pasó desde que falleció. Borghi espera que la pericia se haga esta semana.

 

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Ismael era el quinto de ocho hermanos y tenía siete sobrinos. Era fanático de La Renga y viajaba a todas partes donde tocaran. También le gustaba La 25, Viejas Locas y Barrios Bajos. Además de trabajar en una bicicletería, ayudaba a Nancy -su mamá- en un pequeño kiosco de golosinas que abrió hace poco, en el barrio Libertad.

LaRenga

Ese sábado el recital de La Renga en Villa Rumipal comenzaba a las 21. Desde temprano llegaron los fanáticos en autos, micros y a pie. La policía había cortado la circulación: a tres cuadras a la redonda del predio ya había controles de seguridad. “Había un ambiente muy tenso y con una presencia policial que nunca había visto”, dijo a Cosecha Roja Marina Losada, integrante de la Campaña Nacional Contra la Violencia Institucional.

Ismael y su novia habían comprado un paquete de ida y vuelta en colectivo. El joven dejó en el asiento la mochila, el celular y los anteojos, agarró el documento y la billetera y fue a hacer la cola. Victoria lo perdió entre la multitud y lo buscó por todos lados. Incluso le pidió a un desconocido que la llevara en moto a las  comisarías y los hospitales.

La familia lo buscó durante cinco días. El martes su hermano Facundo y un amigo armaron una mochila, agarraron una carpa y viajaron hacia Villa Rumipal. Llegaron el miércoles a la mañana y fueron a la comisaría a preguntar por Ismael.

-¿Vos sabés qué hizo tu hermano?- le dijo un oficial

-No, ¿qué?

-Ahora te vamos a contar – respondió y entró a una oficina.

Al rato salió otro policía y cambió la versión: “No conocemos a tu hermano, nunca vino”. Facundo se asustó: “Me hizo una pregunta cuya respuesta que nunca me dio. Se notaba que lo conocían. Me miraban raro”, contó. Mientras estaba en la dependencia lo llamó Nancy, la mamá, y le contó que habían encontrado un cuerpo en el dique: “Me agarró frío en el alma”, contó Facundo.

– Má, acá no me siento seguro- le dijo.

– Bueno, entonces volvete.

Ya habían perdido el último micro del día que va a Retiro y tuvieron que viajar hasta Córdoba capital para tomar otro. No querían estar ni un segundo más ahí. Cuando llegaron el jueves a Merlo, a Facundo le quedaban 5 pesos y a su amigo 20. El viernes Nancy viajó a reconocer el cuerpo.

Mientras tanto, la noticia seguía recorriendo las redes sociales y la familia continuaba recopilando testimonios. “Todos coinciden: dicen que la policía le pegó a mucha gente. Incluso alguien nos contó que vio cómo le pateaban la cabeza y lo subían a un patrullero”, dijo la hermana Lucía. Y Nancy posteó en el muro de Facebook: “Tenemos testigos y gente que va a declarar de todos los puntos del país, que vieron cómo actuó la policía con la gente que fue al recital: no nos van a callar”. El abogado dijo que propondrán al fiscal los testimonios que consideren relevantes.

Al principio la investigación estuvo a cargo de la fiscal Andrea Heredia Hidalgo -por la feria judicial-. Antes de irse, dispuso el secreto de sumario y allanó la comisaría de Villa Rumipal, responsable del operativo en el recital.

Marcha por Ismael Sosa

En Córdoba la policía vivió una crisis política y el Código de Faltas es el comodín que le permite detener gente sin motivo. “Eso les da impunidad: por el sólo hecho de estar merodeando te pueden llevar. Nosotros pedimos que se modifique la norma porque los pibes de clases populares pierden trabajos y oportunidades”, dijo Losada.La historia se repite: en 2014 hubo al menos 8 casos de gatillo fácil

Ayer amigos, familiares e integrantes de la Campaña Contra la Violencia Institucional marcharon en Buenos Aires (Obelisco) y Córdoba (Patio Olmos) para exigir que se sepa qué pasó. La familia de Ismael estuvo en la de Capital y recibió mensajes desde Mendoza, Tucumán y Santiago del Estero. La mamá escribió en el muro de Facebook: “Aquí estoy, destrozada, llena de dolor, pero de pie para luchar de fiera a bestia a mi hijo Ismael. Me alcanza y me sobra valentía y fuerza para entrar en la jungla, no sólo por mi hijo sino por todos esos ismaeles a los que la policía quiere silenciar”.

Foto del recital: Nadia Gillo – Foto Arte

Foto de la marcha: Santiago Cichero / Infojus Noticias